martes, 25 de septiembre de 2012

Adopciones en China


Tras 54 meses de embarazo 


Los padres españoles llegan a gastar en seis años alrededor de 24.000 euros para adoptar en China, pero aseguran que este país es el que aporta más claridad en el proceso adoptivo


Hace unos años, Zapatero aprobó el cheque-bebé, una fórmula para incentivar el rejuvenecimiento de la población. A la vez, familias recién creadas, con las mismas preocupaciones económicas, mismas caras, alegrías y lamentos que aquéllas que iban a recibir esos 2.500 euros de premio desnudaban sus ahorros con el fin de tener un hijo concebido por otra persona que lo 'donaba' a un orfanato deseándole una vida más próspera de la que seguramente no hubiera gozado.

"Hemos llegado a pagar hasta 24.000 euros en seis años por tener a nuestro hijo", comenta Xavier, un madrileño que recibe a su cuarto hijo, primero adoptado. Otros padres adoptivos, al ser preguntados, confirman la cantidad, 24.000 euros. "Quiero que quede clara una cosa. Siempre leemos en los periódicos y vemos en televisión que los padres adoptivos son los típicos ricos, pero ya puedes ver que aquí hay de todo y la mayoría es gente bastante humilde: peluqueros, personal de la construcción y ¡parados!", comenta Xusta, que ha recogido su segunda hija, también china.

Un grupo de españoles, en el Garden Hotel, posa con sus
nuevos hijos.
Está siendo una experiencia rara: "Por un lado estoy deseando volver a casa y que se termine este largo caminar de siete años, pero por otro lado está siendo una experiencia muy nostálgica y bonita. Aquí nació Elisa (su primera hija china adoptada) y es un contraste de sentimientos", añade la madre gallega.

Los carritos de bebé se arremolinan en el vestíbulo del Garden Hotel, uno de los hoteles con más solera de la capital de Cantón, Guangzhou. Afuera arrecia un monzón del verano subtropical del sur de China, adentro, el deseo de regresar a casa con una persona más en la familia. Unos 20 matrimonios, como si de una excursión guiada se tratara, esperan el autobús que les conduzca al aeropuerto antes de zarpar a España con alrededor de 20 horas de viaje por delante. Después de una escalera de 2190 días, las fotos de carnés de cada uno de los padres ha cambiado: el pelo ralea, las canas se esparcen como lianas por todo el cabello y las espaldas se comban con el paso de los años. Sin embargo, algo que no cambia es la ilusión, igual de lozana que hace seis años, aunque reconocen que el camino no ha sido color de rosas. "Muchos han abandonado", dice María. "Hay gente que no ha podido seguir gastando dinero o que se ha hecho a la idea de que no iban a tener hijos", explica. Los que están aquí son los más fuertes de la manada y han luchado contra "tochos" de papeleos, contra las visitas de los trabajadores sociales y los psicólogos, contra los análisis médicos periódicos.

"No entiendo cómo un proceso así puede tardar tanto tiempo", se pregunta Xavier. "Hay 20 millones de nacimientos en China al año y unos 15.000 abortos", apunta el madrileño. "Algunos de los fetos o neonatos son tratados para hacer de ellos pastillas afrodisíacas que son comercializadas en este país a precio de oro", continúa Xavier. Este negocio, cada más filtrado entre la población nativa y la extranjera en China, es un tema tabú para el Gobierno, en una nación en la que la población de chicos multiplica a la de las mujeres. La medida política de permitir sólo un hijo por unidad familiar a la etnia 'han' (el 90 por ciento prácticamente de la población china) lleva a muchas familias chinas a pagar ingentes cantidades de dinero -bien a médicos chinos o viajando a Hong Kong previo pago y afanosa gestión de visado- para adivinar el signo del hijo, si niño o niña. Sin embargo, "aunque está prohibido revelar antes del parto el sexo del feto, muchas veces, por ser extranjero, el médico te dice implícitamente si va a ser niño o niña", apunta Fran, un español afincado en China durante seis años cuyos dos hijos nacieron en Cantón.

Muchos matrimonios prefieren abortar antes que perder el abolengo de la familia, ya que saben que solo podrán tener un solo hijo 


Sucede entonces que si el primer vástago es niña, muchos matrimonios prefieren abortar antes que perder el abolengo de la familia, ya que saben que solo podrán tener un solo hijo; otros, los contrarios al aborto o sin recursos, deciden concebir y abandonarla a un orfanato. Tener a un segundo hijo está penado en China con una sanción que muchas familias no pueden asumir -teniendo en cuenta que el salario medio de un trabajador ronda los 2000-3000 yuanes (250-360 euros mensuales). Por eso, muchos, en vez de abortar, deciden darlo en orfandad. De ahí que los españoles, uno de los países que más adopta en China, se pregunte cuál es el problema para que haya que esperar tantos años para poder conseguir al niño.

Xusta le da una explicación: "Hubo un momento en el que la cantidad de americanos y españoles que veníamos a China era tanta, que los chinos tuvieron que sacar una nueva ley para controlar las adopciones en China, ya que eso provocaba que muchos padres adoptivos de otros países empezaran a ver China como el país ideal para adoptar, con lo cual, las 'reservas' de niños podrían peligrar". ¿Y por qué China? "Este país es de los más claros en cuanto al proceso adoptivo. No queremos opinar del régimen, allá cada uno, pero sí es cierto que todo lo que dicen, lo cumplen", añade la gallega. El problema, según todos, proviene de España, que pone demasiadas trabas para que se dé el último paso, venir a China. "Nos someten a demasiadas pruebas y cada tres años, si no has conseguido adoptar, tienes que volver a pasar por todo el trámite psicológico y burocrático previo. "He tenido tres partos y este ha sido el más duro", dice Laura, mujer de Xavier, madre biológica de dos niños, una niña y madre adoptiva de Jesús, el último de todos, un niño chino que esperaban fuera chica para que hubiera acompañado a Rocío, la única chica de los ya cuatro hermanos.

"En Rusia te piden dinero que no está claro para qué sirve; en China da la sensación de que se adopta y en Rusia, de que se compra"


Xusta, con sus dos hijas adoptadas
"En otros países -explica Xusta- adoptar es más complicado. En Rusia por ejemplo tienes que visitar el país dos veces o estar en el país 30 días cuando recoges al hijo". Laura añade que en Rusia "te piden dinero que no está claro para qué sirve; en China da la sensación de que se adopta y en Rusia, de que se compra", mientras que en China "todo está muy claro y lo sabes desde el principio". Pero la situación cambió a partir del verano de 2007, cuando la ley china se endureció. "Desde entonces, comenzaron a exigir que los ingresos por familia fueran mayores, en torno a los 10.000 euros anuales de ingresos por cada miembro familiar; es decir, que si en una familia había tres personas, los ingresos totales deberían ser de 30.000 euros". También se exigieron más controles sanitarios, más rango académico. "Los estadounidenses comenzaron a tenerlo más difícil, porque la obesidad fue uno de las enfermedades que discriminaba a la hora de poder adoptar", señala Xusta.

No obstante, la claridad en el proceso adoptivo se hace evidente por muchos otros motivos y eso gusta a las familias extranjeras. "Cuando adoptas a tu hijo, te dan el recorte de periódico donde aparece el día que le dieron en adopción, con esto pretenden demostrar la veracidad de tu hijo", dice María. "Procuran que el niño se parezca lo máximo posible a ti. No se puede elegir, y la mayoría de nosotros no queremos", añade.

Estos matrimonios ven pasar los años como páginas de un libro cuyo final es igual de incierto y provoca que la edad de los niños adoptados varíe. Cuanto más mayores sean los padres, mayores son los niños y viceversa. "Nosotros hemos conseguido, por unos meses, estar en la franja de edad anterior a la de los 45, porque nos hubiera tocado ahora en julio un nuevo chequeo en España, y por haberlo evitado hemos conseguido una hija más joven", dice María. "No es fácil desarraigar a un niño de su entorno cuando ya han pasado determinados meses de vida o ya tienen dos años. La sensación no es la misma", agrega mientras busca la complicidad visual de su hija María Yuan: "Esta a mí me ha salido muy llorona". Con respecto al apellido, se explica: "Queremos que mantenga su nombre y que se dé cuenta de sus raíces".

Orfanatos hay muchos en el sur de China y según la provincia, unos dan los niños con más o menos meses, pero todos critican la falta de nutrición "evidente" de las criaturas, además de heridas o marcas que demuestran una falta de trato hacia ellos. "Algunos vienen con calvicies en el reverso de la cabeza, por la parte en la que han apoyado la cabeza sobre los tablones de madera en los que dormían sin colchón", remarca María.

Muchos de estos matrimonios visitan China por segunda ocasión, como es el caso de Joan, padre de Berta, una chica española que fue adoptada en China hace siete años y que comprueba que en realidad proviene de un mundo en el que todos se parecen a ella.  pero como dice Joan, "lo cierto es que para ellos es un momento especial, en el que están procesando toda la información. Vienen a China, de donde proceden y donde todos son iguales a ellos. Una vez de vuelta en España asimilarán lo vivido, pero el caso es que todos están también un poco celosos viendo que llega un nuevo hermanito a la familia"

5 comentarios:

  1. Muy buen artículo. Gracias por compartirlo. Había oído que las adopciones se habían endurecido y que nada de parejas homosexuales, pero no tenía ni idea de que siguiese la política del hijo único, pensaba que ya se habían quitado por el problema que se les viene encima con el desequilibrio hombre - mujer.

    Por cierto, me llama la atención el entrecomillado de María. La calvicie de los bebés la sufren todos, duerman en mullidas almohadas o en tablones de lo que sea. Si no les rapan, más o menos a los tres meses se quedan todos como curas, con una perfecta tonsura a la antigua ;-)

    Saludos, Lola

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    1. Eran calvicies con costras doy fe de ello.

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    2. Hola que tal? Nos vonocimos en Guanzhou, me ha gustado mucho el articulo. En cuanto a lo que dice lola es cierto que todos los niños quedan sin pelos al estar acostados pero estos ademas de no tener pelos tenian costras con heridas y eso no es muy normal, un saludo

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  2. Lo del hijo único es algo bastante relativo. Te puedo decir que en nuestro barrio son raras las familias con un solo hijo. Te lo digo desde la experiencia, ya que me bajo a menudo con los niños al parque para que jueguen con los vecinitos chinos, y conozco a casi todas las familias.

    Mi niñera por ejemplo, tiene 3 niños (y todos son posteriores a la política del hijo único del 79. ¿Cómo es esto posible? Pues porque el nivel de corrupció aquí llega a límites insospechados. Hay gente que tiene un cuñado en el ayuntamiento y les arregla los papeles, un amigo policía, etc.. vamos, lo que se llama guanxi. Otros en las zonas rurales simplemente no registran a los niños posteriores al primogénito, con lo que hay un monton de niños "sin papeles". Si viene el policía a multarte, le sobornas y punto. Por último están los empresarios y gente con mucha pasta, que simplemente pagan la multa y se acabó (unos 25000 € creo que ronda en Guangdong).

    ¡Cualquiera sabe cual es la población real de este país!

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  3. Gracias por vuestros comentarios, ayudáis mucho a completar el artículo. Ayer me enteré que tener un hijo extra en una familia china costaba hace unos años 110.000 yuanes, lo que viene a ser unos 13.000 euros. Hay quienes prefieren pagar ese dinero por un coche. El caso es que en Guangzhou, la ciudad con la renta per cápita más alta, por ejemplo, el salario medio mensual es de 600 euros y los ahorros se destinan, en muchos casos, a pagar una sanidad mediocre que no está cubierta por ninguna seguridad social.

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